VOY AL GYM Y ¡NO ADELGAZO!

Si arrancaste el gimnasio o empezaste a correr con la idea de perder peso pero no estás viendo resultados, podría existir una explicación bastante lógica. Los últimos estudios científicos sugieren que el ejercicio físico intenso aumenta el apetito, disminuye la actividad física cotidiana y no ayuda a perder peso. ¡Increíble! Veamos.

 

Sin desmeritar todos los beneficios que trae la actividad física a la salud, hay que entender por qué, a la hora de perder peso, “pesa más” comer sano y controlar las porciones que practicar alguna actividad física intensa.

GASTO ENERGÉTICO TOTAL (GE)
Cuando hablamos de quemar calorías, en el organismo interactúan tres sistemas:

  • El Metabolismo Basal (GMB): son las calorías que quemamos en reposo, incluyendo la respiración y todas las funciones vitales del organismo. Representa un 60% de las calorías quemadas en un día y varía según el sexo, la edad y otras particularidades de cada individuo.
  • El Efecto Térmico de los Alimentos (ETA): son las calorías que quemamos durante la digestión y absorción de los nutrientes. Corresponde al 5 % de las calorías totales.
  • La Actividad Fìsica Programada (AF): ir al gym o correr, puede representar entre un 10 – 25%. Por otro lado y menos conocida la Actividad Fisica Espontanea (NEAT), son los movimientos ligados a la rutina diaria y puede alcanzar las 350cal/dia en una persona hiperactiva. Aquí podría estar la clave del descenso.

Con esta ecuación podemos entender que, si bien podemos administrar la totalidad de las calorías que ingerimos con la dieta diaria, a la hora de quemarlas, sólo podemos controlar un máximo del 25%.

El doctor e investigador Phd Kevin Hal, lleva varios años estudiando el impacto del ejercicio físico intenso en el organismo, sugiere que es excelente para la salud y es uno de los mejores regalos que podemos hacerle a nuestro cuerpo, así como dejar de fumar o descansar las horas necesarias. Pero cuando de perder peso se trata, no sería el mejor camino, o por lo menos el más eficiente.
SENSACIÓN DE HAMBRE Y CONDUCTA COMPENSATORIA
Un efecto poco deseado del ejercicio es la sensación de hambre o fenómeno de compensación de la ingesta. Cuanto más intenso sea el ejercicio, la sensación de hambre será mayor, a la par, aumentan nuestras raciones y con ellas, las calorías consumidas.
MÁS SEDENTARIOS
A principios de este año, la revista PLoS -Public Library of Science- publicó un estudio realizado por el doctor Timothy Church, donde explicaba cómo las personas que practican una actividad física muy intensa llegaban más agotadas a casa y tendían a pasar más horas sentadas.
¡MOVETE! QUE LA RUTINA DIARIA SUMA
Actividad física Espontanea (NEAT) (Non excercise activity thermogenesis)
Vimos que se trata de los movimientos ligados a la rutina diaria, las posturas y las gesticulaciones. En general, las personas muy inquietas lo tienen elevado, con esto quizás se pueda explicar el fenómeno de las personas eternamente “flacas” que no practican alguna actividad física programada. Lo sorprendente de moverse mucho a diario es que se pueden alcanzar 350calorías/día. Hoy, el NEAT cobra gran relevancia y puede sugerirse como coadyuvante en el tratamiento del descenso de peso.

CAZADORES VS OFICINISTAS
En el 2012 fueron estudiados en simultaneo un grupo de cazadores de Tanzania, muy delgados y un grupo de oficinistas estadounidenses, con sobrepeso. Los resultados mostraron que las calorías quemadas por los cazadores durante día, llevando una vida muy activa, caminando largas horas y realizando esfuerzo físico, eran bastante similares a la de un ciudadano americano común y sedentario. Según el investigador Herman Pontzer “los cazadores se mantenían más delgados que los oficinistas sencillamente porque no comían de más, no tenían la hiperdisponibilidad de alimentos de los países desarrollados”
El deportólo Rafael Gutierrez afirma que “esta nueva evidencia no desacredita la utilidad de la actividad física para lograr una mejor salud o protegerse del cáncer o de los infartos. Simplemente, no hay que hacerse ilusiones de que permitirá bajar de peso”
¿Y ahora? ¿Qué hacemos con semejante balde de agua fría? se los digo yo que disfruto enormemente correr y entrenar con pesas.
La solución es bastante simple, elegir un ejercicio de bajo impacto, 3 a 4 veces por semana, entre 30- 45 minutos y sostenido a largo plazo. A ello, sumarle movimiento diario en casa o la oficina para aumentar el NEAT; además, estacionar más lejos o caminar unas cuadras antes de tomar el bus, usar las escaleras y hacer pausas activas en el trabajo.
De hecho, la actividad física moderada y sostenida en el tiempo nos permite un mayor auto control respecto a la comida, justamente porque no llegamos a sentir el hambre extrema que nos deja el ejercicio intenso. Y lo más importante, si el objetivo es adelgazar, el secreto radica en elegir bien los alimentos y cuidar las porciones.

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